28 Enero 2025
El Dios todopoderoso había dicho anteriormente que el juicio del asteroide no va a parar, es inminente y las naciones deberían estar de rodillas clamando por piedad, por misericordia y quizás así Él se pueda mover a misericordia.
Siendo el 28 de enero de 2025 a las 23:18 UTC-5, empieza a hablar el Padre por medio de Elsa Hayden, diciendo: "Todo el mundo debería estar de rodillas, no solamente un grupo, sino todo el mundo. Debe estar como ese rey, ese rey ni siquiera sabía de Dios, de Jesús, no sabía nada, pero sin embargo se humilló; siendo rey, se sacó todas sus ropas elegantes, todas sus cosas de oro, lo sacó y se puso tela de cilicio, tela áspera. Se quitó su buena ropa y se puso, dijo: 'Este hombre viene de tan lejos y ha caminado tantos días. Este hombre no ha venido a mentir, este hombre trae la verdad. Si tanto de una nación lejana ha venido y ha caminado, este hombre gritando por todas las calles, debemos obedecerlo porque ningún loco hace semejante cosa. Los locos andan por ahí calatos, desnudos, tirando piedras, pegando. No estaba loco, estaba cuerdo', dijo Jonás. 'En cuarenta días Nínive será destruido'a, dice el Señor. 'He venido de lejos porque en cuarenta días su nación será destruida. Arrepiéntanse', dice el Señor, 'que han pecado, han hecho toda clase de pecados horribles y no se acuerdan de Él, el Dios que sacó de Egipto al pueblo. Lo habrán oído, lo habrás oído tú, rey, arrepiéntanse en cuarenta días'. Y el Dios todopoderoso lo miró, su llanto, y dijo: 'Ni siquiera Israel se arrepiente y dicen que son los que aman y tienen un Dios, dicen que son seguidores míos, dicen que son mis hijos y no se arrepienten. Y este pueblo pagano, ese que llora, ya lleva un día llorando, sin comer y con verdadero arrepentimiento. Hasta los animales, los niños, los bebés, nadie come, nadie comerá por tres días y se arrepentirán. Y puede ser que el Dios todopoderoso tenga misericordia'. Y Dios mismo se quedó admirado de que esta nación pagana se arrepintiera. ¿Y qué están haciendo? ¿Qué pueblo, qué nación se está arrepintiendo? Son muy pocos los que lloran, son muy pocos. En el mismo Puerto Rico son muy pocos los que claman, los que doblan sus rodillas diciendo: 'Señor, para el juicio, Señor, detén el juicio'. Son muy pocos y la gran mayoría anda perdida y no les interesa arrepentirse. A esos pocos los voy a salvar, a esos pocos los voy a salvar y el juicio no va a parar.
Señales del juicio del asteroide
El juicio viene, el juicio viene y será un día hermoso, será un día muy hermoso. La gente pensará que nada va a suceder, la gente verá ese día y dirá: '¡Qué día tan bonito!' Y de repente, y de repente les caerá lo que Dios ha hablado. Y de repente, en ese día bonito, en ese día hermoso, el Dios todopoderoso ejecutará su juicio. Ha habido muchos años de oportunidad, ha habido muchos años de oportunidad y no han querido escuchar, no han querido arrepentirse. Han tenido muchos años y tienen tiempo las naciones de llorar, clamar y no lo hacen. Sigue el pecador en su pecado, sigue el pecador en su pecado, siguen haciendo lo malo.
Contraste entre Nínive y las naciones de hoy
Muchos pueblos son conocedores de la palabra. Ahora no son como el pueblo de Nínive, no son como el pueblo de Nínive que no sabía, que no sabía del Rey de reyes, Señor de señores. Pero, sin embargo, clamó gente que no conocía al Dios todopoderoso, creyó gente que no tenía ninguna religión, gente que no sabía ni la palabra, que no sabía las sagradas escrituras, creyeron y se arrepintieron y dejaron de hacer lo malo. Creyeron a la predicación de Jonás y no le dijeron: 'Eres un falso, eres un loco mentiroso'. ¿Cuántas señales se han dado? ¿Cuántas señales se han dado? ¿Cuántas señales? ¿Cuánta gente? ¿Cuánta gente? Niños teniendo sueños. Tal vez si le doy la revelación a una niña, tal vez le creerán. Si le doy la revelación a un niño, tal vez le creerán. Si le doy la revelación a una mujer que viene de lejos, tal vez le creerán, tal vez se conviertan. Si le doy la revelación a una persona que no ha conocido, a una persona que vivía en su mundo, le creerán. Pueblos duros, pueblos duros, naciones duras de corazón, naciones duras de corazón, morirás en tu pecado, morirás en tu pecado. Naciones endurecidas de corazón, naciones conocedoras de la palabra. Estoy hablando a naciones conocedoras de la palabra, naciones, pueblos que conocen la palabra, naciones conocedoras de la palabra de Dios, pero con corazón endurecido. Hombres y mujeres desobedientes, duros de corazón, duros de corazón, duros de corazón. Así tratan a los que yo envío, así tratan a los que yo envío, así hacen, insultan, atacan a lo que yo envío, a lo que yo levanto. Naciones duras, morirás en tu pecado, morirás en tu pecado, morirás en tu ley, en tu pecado, morirás en tu ley, morirás en tu pecado. Levanté a muchos desde hace mucho tiempo, desde hace mucho tiempo vengo hablando acerca de este juicio porque este juicio no será un juicio muy pequeño, este juicio será un juicio muy grande, muy grande que sacudirá toda la tierra. Lo sacudiré a todas las naciones, lo sacudiré a todo el mundo. Con esto los sacudiré a todo el mundo.
El origen de los terremotos
La gente piensa, la gente dice: 'Son las placas que se mueven', pero las placas no se mueven por mover. Yo, el Señor, hice las placas, yo, el Señor, hago mover las placas. Yo, el Señor, lo hice como rompecabezas el mundo. ¿Sabes para qué lo hice? ¿Sabes para qué lo hice con placas? Para mover a las naciones que yo quería con terremotos. Los terremotos son anuncios, los terremotos son como quien dice un sacudimiento, que Dios te sacude para que te arrepientas de tu pecado. Pero muchas naciones, terremotos que ha habido, ellos piensan que es porque el mar se salió, ellos piensan que porque las placas se movieron. Ellos piensan porque así les han enseñado que son las placas solas que se mueven. Son las mismas placas. Para que se mueva algo, necesita una fuerza. Para que se mueva algo, se necesita una fuerza y para que se muevan todas esas placas a esas intensidades se necesita una fuerza muy grande. Para que se muevan naciones, para que se muevan las placas que ustedes llaman de las naciones, se necesita una fuerza. Las placas no se mueven porque solitas se mueven. Ustedes creen que las placas solitas se mueven. Si las placas solitas se movieran, todo el mundo se destruiría porque las placas se movieran en cualquier lugar y todo se destruiría, se saldría de su lugar. ¿Quién tiene el control sobre las placas y todo? Yo, el Señor. ¿Quién tiene el control sobre el mar, las aguas? ¿Quién tiene el control? Ahí se vino el maremoto y fue por el terremoto. ¿Y quién ocasionó el terremoto? ¿Y quién movió las placas? ¿Quién ocasionó todo esto? ¿Para qué son los terremotos? Para que ustedes se arrepientan. Te doy un sacudimiento para que vuelvas al Dios todopoderoso arrepentido. Pero ya veo que solamente en el terremoto te tiras al piso y lloras, te desesperas en ese momento cuando ves la destrucción y cuando escuchas el sonido de la tierra rugiendo. Pero esto de lo que viene de Puerto Rico será peor, con un terremoto de 12.5. Nunca ha habido, nunca ha habido. Sacudiré toda la tierra, sacudiré tus placas. Naciones, sacudiré las placas. Tú que dices: 'Las placas se mueven solas', sacudiré todas tus placas, sacudiré todas tus placas y lo sacudiré tirándole el tremendo asteroide, tirándole la tremenda roca, la roca que tú mismo ni te imaginas el tamaño.
Características del juicio del asteroide
La roca que tú no te imaginas el tamaño, si lo ves te desmayas, si lo ves te quieres morir porque nunca ha caído. Ha caído asteroides, ha caído el asteroide a Rusia porque se le mandó un aviso. Una roca pequeña, no te imaginas el tamaño de esta roca para que sacuda toda la tierra y lo sienta todo el mundo. Es muy inmensa la roca, es muy grande que cualquiera que lo ve se quiere morir. Morirá mirándolo para que pueda levantarse ese Atlántico que tiene kilómetros de profundidad. Se necesita algo muy grande, muy grande para que levante unas olas inmensas, nunca vistas. Se necesita que caiga algo muy inmenso. ¿No lo piensas? ¿Por qué no lo crees? Pero tus ojos lo van a ver, tus ojos lo van a ver. Muchos a la impresión de la caída, solamente a la impresión de que el mar se levante, el mar se levante tan grande, nunca visto. Van a morir de espanto, morirán de espanto, morirán de espanto al ver esas inmensas olas cuando se levanten y vean dónde van a correr, dónde se salvarán de esa inmensa ola que rompe edificios y todo. Del espanto y del terror que se sale el mar, el océano Atlántico se levante de esa forma. La gente, la gente morirá de espanto al ver la desgracia, al ver que todo el mar, todos sus kilómetros se levanta para arriba, todo se levanta para arriba porque la roca va a caer a una velocidad, una velocidad que ni siquiera te lo imaginas. Ese es el juicio, no solamente para Puerto Rico, ese es el juicio para las naciones y sabrán que el Dios todopoderoso ha hablado. Sabrán que el Dios todopoderoso ha hablado cuando haga mover toda la montaña, cuando escuches el sonido de la tierra, cuando escuches el sonido de la tierra como nunca has oído. Dirás que es el fin del mundo, pero no será el fin del mundo, no será el fin del mundo. Será el juicio de Dios sobre las naciones pecadoras que hablé y no quisieron oír, que envié y no quisieron oír al que envié. Será el juicio a las naciones pecadoras de duro corazón, no solamente de Puerto Rico. Cerca de Puerto Rico, en la isla de la Mona, lo he hablado y lo seguiré hablando, pero eso está por caer en cualquier momento porque los pueblos, las naciones han endurecido su corazón.
Exhortación a las naciones conocedoras
Y lo peor de todo es que son naciones conocedoras, conocedoras de la palabra de Dios, pero no hacedoras de la palabra, no hacedoras de la palabra. Eso es lo más duro, eso es lo más fuerte, que gente conocedora de la palabra haga pecado, que gente conocedora de la palabra haga maldad y endurezca su corazón y se levante en contra de lo que Dios levanta. Eso es lo más terrible, eso sí que llama a ira, llama a ira porque si fueran locos y locas lo que yo levanto, estuvieran tirando piedras por la calle y no hablando de un juicio. Tanta ignorancia, el diablo les ha cegado el entendimiento, el diablo les ha endurecido el corazón para que, viendo, no entiendan ni oyendo crean. Duros de corazón, ustedes están peor que Sodoma y Gomorra, ustedes están peor que las naciones que destruí. Ustedes están peor que en aquel tiempo del arca de Noé, del tiempo de Noé, del tiempo del diluvio. Se han pervertido, se han pervertido, han pervertido su camino, han malogrado las leyes. Ya no tienen respeto por los niños, por los infantes, ya no tienen respeto por las niñas, ya no tienen respeto por nadie. Ya no hay respeto, ya no quieren oír palabra, pero yo, el Señor, voy a seguir hablando. Pero yo, el Señor, voy a seguir hablando para que no digas: 'Yo no oí'. Nadie va a decir: 'Yo no oí'. Más bien dirán: 'No quise oír', que es otra cosa. No quise oír, despreciaron a uno, despreciaron a otro, insultaron a uno, insultaron a otro y a todos les dicen que son mentirosos. Y a todos les dicen que son falsos, los que buscan de mí también lo llaman falso y al que no buscaba de mí también le llaman falsos, falsas. Pero yo, el Señor, tuve misericordia, tuve misericordia, que no lo destruí porque la destrucción iba a venir solamente en ese tiempo, en ese tiempo que mandé a mi sierva (Año 2021). En ese tiempo que fue mi sierva a Puerto Rico iba a venir la destrucción. Por eso les dije que no lloren por misericordia porque el juicio se va a ejecutar. (Le dije a ella) Ve y diles, ve y diles y háblales. Yo hablaré ahí y yo, el Señor, hablé y yo, el Rey de reyes, hablé y yo, el Rey de reyes sigo hablando y yo, el Rey de reyes sigo hablando y usando lo que yo quiero. Pero hay de ustedes, hay de ustedes, gente endurecida de corazón. Hay de ustedes que insultan, hay de ustedes que desprecian a lo que yo levanto. Hay de ustedes que se burlan, hay de ustedes que se tapan los oídos para no oír el juicio. Hay de ustedes que dicen: 'Ya están cansados de oír tanta mentira', eso es lo que dicen. Pero vas a ver cuando el mar se levante con olas inmensas, vas a morir de espanto, vas a morir de espanto cuando caiga la piedra con una velocidad que ni siquiera te imaginas. Se levantará el mar, todas las profundidades del mar, la piedra removerá todo en esa velocidad y el tamaño que tiene levantará y moverá todas las aguas, levantará olas inmensas, olas inmensas nunca vistas. Y ahí sabrás a la persona que le dijiste falsa a las personas. Le dijeron: 'Falsos, locos, tarados que no tienen nada que hacer, que vayan a su nación'. Profetas tenemos en nuestra nación. Si tienes profetas en tu nación, pero ni siquiera al que yo levante como profeta lo obedeces. Dices: 'Profeta tenemos en las naciones', pero al que hablo ni siquiera le creyeron, dijeron que era un viejo loco mentiroso que quiere hacerse famoso, que quiere hacerse famoso. A tu propio compatriota, ciudadano de tu nación, le dijiste, le dijeron que quería hacerse famoso, que estaba mintiendo, que no va a caer ninguna piedra.
Similitud entre los días de Noe y el tiempo presente
Están igual como en el tiempo de Noé. A Noé le dijeron que era un viejo loco: 'Viejo loco, ¿cómo es que haces una barca aquí, una barca donde no hay agua? Este ha perdido ya la memoria, está loco y dice que va a venir un diluvio. Casi ni llueve un diluvio, este está loco'. Así llaman locos, trastornados, ignorantes, falsos a lo que el Dios todopoderoso levanta. Y muchos no quieren obedecer y muchos no quieren obedecer y muchos no obedecen lo que yo digo. Hastiado estoy, cansado estoy, hastiado estoy. Escucha bien, escuchen bien, hastiado estoy de los pecadores que no quieren arrepentirse. Cansado estoy, cansado estoy de los que dicen: 'Tengo una religión, yo también creo en Dios'. Pero yo te digo, si tú me conocieras, ¿por qué no te arrepientes? ¿Por qué no vives una vida santa, apartada del pecado? Si tú dices que yo soy tu Dios, ¿por qué no cumples mi palabra? Si tú dices que yo soy tu Señor, ¿por qué no obedeces a lo que yo levanto? ¿Por qué no obedeces? Si dices que eres hijo mío, ¿por qué no conoces a la gente que yo levanto y mando y hablo por su boca? ¿Por qué no crees? ¿Por qué no entiendes? ¿Por qué no abres tu corazón perverso? ¿Por qué no abres tu corazón endurecido? ¿Por qué no lo abres para escuchar mi voz? Para escuchar mi voz antes de la desgracia. Para escuchar. Ustedes creen que la gente en el tiempo de Noé no lloraba cuando empezó a llover. Cuando empezó a llover torrencialmente, la gente dijo: '¿Cómo es que hay tanta lluvia?' Ya los animales habían entrado, los animales fueron más obedientes que ustedes. Los animales son más obedientes que ustedes. Ustedes son peor que los animales, peor que las bestias salvajes. Ustedes son pueblo conocedor de la palabra y con corazón endurecido, peor que animal salvaje que no quiere obedecer, que no quiere oír la voz del Señor hablando por diferentes bocas. 'No, el Señor no puede hablar por una mujer, no, el Señor no puede hablar, no, el Señor no puede hablar, es mentira. A los niños les están enseñando que digan eso'. Gente malvada, gente mala de corazón, duros, perversos de corazón, duros, duros de corazón. Así decían. Ustedes creen que esa gente no lloró cuando yo, el Señor, cerré la puerta del arca de Noé. Yo, el Señor, cerré la puerta del arca de Noé. Yo lo cerré porque tal vez Noé, si Noé lo cerraba, tal vez iba a tener mucha pena, iba a abrir la puerta y la gente hasta podía quererlo acabar a él para salvarse. Porque ahí sí se dieron cuenta que ese ‘viejo loco’, cuando empezó a flotar y ellos morían ahogados, se subían a los montes, a las montañas y miraban la embarcación, el arca de Noé, el arca, y empezaba a flotar. El agua ya empezó a levantarlo. Ellos ahí dijeron recién: 'Ese viejo tenía razón y ahora ya no podemos entrar, déjanos entrar, déjanos entrar'. Muchos lloraban: 'Déjanos entrar'. Y yo, el Señor, había cerrado la puerta y cuando yo la cierro, nadie la abre. Y cuando yo la abro, nadie la cierra porque su oportunidad la perdieron, porque querían entrar solamente a hacer maldades. Porque no iban para bien, iban para mal. Ellos eran capaces de botar a Noé y su familia, acabarlos con el fin de que ellos sean salvos. Ellos eran capaces de botar todos los animales. Yo, el Señor, conozco los corazones. La puerta yo la cerré porque ellos iban siguiendo con sus maldades. No había arrepentimiento. Nadie decía: 'Me arrepiento de haberlo insultado, me arrepiento, Dios, oh Dios de Noé, danos una oportunidad'. Nada. Ellos querían entrar y botar los animales. Ellos querían entrar y acabar con Noé y su familia para que ellos se salven. Porque así estaba la tierra, llena de maldad, lleno de corazón duro, como ahora, de corazón duro están ustedes, de corazón endurecido. Ya no quieren obedecer. Los que dicen: 'Yo soy de Dios', no quieren obedecer lo que yo enseño, no quieren obedecer lo que yo digo, no quieren obedecer lo que yo mando. ¿Eres mío? No eres mío, desobediente, desobediente. ¿Eres mío? ¿De quién eres? Los míos me obedecen a mí y cumplen todo lo que yo digo. Pero si tú no me obedeces lo que yo digo, tú no eres mío, tú no eres mía. Desobedientes, hastiado estoy, cansado estoy, cansado estoy de ver todos sus pecados, cansado estoy de ver todas sus desobediencias. Yo, el Señor, cansado estoy, cansado. Así como en el tiempo de Noé, así como en el tiempo de Noé, hastiado de ver la violencia, la maldad, la maldad de los hijos contra los padres, de los padres contra los hijos, la maldad de insultar a Noé cuando les decía. Los ciento veinte años no estaba con la boca cerrada. Los ciento veinte años hablaba y decía: 'Va a haber diluvio, dice el Señor'. Los ciento veinte años que duró la construcción del arca, él es pregonero de justiciab. Él no estaba con la boca cerrada. Así lo insultaban de loco, viejo loco, que has perdido la memoria. Se reían de él, pasaban y decían: 'Calla, viejo loco, ¿quién te va a oír? Has enloquecido, estás trabajando por gusto, viejo loco. Acá no va a haber agua, ¿de dónde va a flotar tu arca? ¿De dónde va a flotar?'. Así está igual la gente, le dicen: 'Cállate, vieja, cállate, deja, deja de hablar, déjanos en paz'. Dejan en paz, pero paz no habrá para el pecador. Paz no hay para el impío, paz no hay para el pecador, paz no hay para el hijo del diablo. Paz no vas a encontrar, desobediente. Paz no vas a encontrar. Todo el que quiera vivir como ellos quieren no tendrá paz, no tendrá bendición. Tú que insultas a lo que yo levanto, tú que desobedeces a lo que yo levanto y ordeno, a los que doy palabra, paz no vas a tener, paz no vas a tener. Paz tienen mis hijos, los obedientes. Los desobedientes no van a tener paz. A los desobedientes les va a atacar el diablo y sus demonios por desobedientes. Paz no van a tener, bendición no van a tener. Los desobedientes siguen desobedeciendo, conociendo la palabra, siguen desobedeciendo, conociendo mi palabra. Para todo aquel que hace maldad, conociendo mi palabra, será juzgado porque haber usado mi palabra, por ser conocedor, por ser conocedor y burlador de mi palabra, será juzgado, será juzgado.
Razones del juicio a Puerto Rico y las naciones
¿Porque viene el juicio? Por el pecado. ¿Qué pecado? Hechicerías, brujerías, satanismo, orgías, lujuria, lascivia. La gente está endurecida, la gente está endurecida. Se les dijo que no recibieran lo del hombro (la vacuna COVID), que no recibieran el veneno de la serpiente y lo recibieron. Con más razón todavía, diciendo: 'Si hay más, nos lo pondremos más'. Y ahora, y ahora, ¿cómo estás? Y ahora, la misma mente no te sirve. Ahora, ¿cómo estás después que recibiste? Cuando yo levanté gente que era mía y gente que no era mía para que dijeran no a eso. ¡Ah! Cerraste tus oídos y ahora, ¿cómo estás? Desobediente, ahora sí quieres que yo te sane. Ahora sí tú quieres que te saque todo lo que ha entrado. Arrepiéntete de corazón, verdaderamente arrepiéntete a donde has caído. Así está el mundo, el mundo está corrompido, el mundo está peor que los tiempos de Noé. No está igual, está peor. ¿Sabes por qué peor? Porque en el tiempo de Noé todavía la gente no leía las escrituras. Sabían de Dios, pero no querían obedecer. Pero en cambio ustedes, en cambio ustedes tienen la enseñanza de Jesús, Yahshua. Tienen la enseñanza de Yahshua, tienen las enseñanzas del Hijo de Dios, tienen todo, tienen Biblia, tienen todo, pero no quieren obedecer. Conocedores, ¿de qué les sirve ser conocedores? ¿De qué les aprovecha ser conocedores? No seas solamente conocedor, sé hacedor, cumplidor de mi palabra. No seas solamente conocedor, sé hacedor de mi palabra, sé hacedor. Porque hasta los mismos demonios, el mismo Lucifer, conoce la palabra al revés y al derecho para atacarte, para decirte hipócrita cuando no lo cumples y cuando caigas, para apuntarte con el dedo y para decirte: 'Tú que conocías la palabra, mira cómo has caído, mira cómo te has embarrado, mira cómo has vuelto a mí'. ¿Por qué serán destruidos los pueblos y las naciones? Porque las naciones están corrompidas, porque las naciones quieren hacer lo que quieren. Nadie puede decir: 'Yo no sé de Jesús, que derramó su sangre en la cruz del Calvario'. Nadie, hasta los lugares más remotos ha llegado la palabra, de una u otra manera ha llegado la palabra. Hay Biblias que se han traducido en todos los idiomas, en todos los idiomas, en todas las lenguas. ¿Y ahora qué? ¿Qué falta? Y llegará la palabra de Dios a los confines de la tierra y entonces vendrá el finc. Pero antes de ese fin viene el juicio del asteroide, pero antes de ese fin viene el juicio decretado por Dios, viene el juicio decretado por el Rey de reyes, Señor de señores, que no cambiaré de parecer. Ahora, con más razón, cuando veo tanta indiferencia, tanta frialdad. No hay respeto, no hay respeto. Han endurecido los corazones para no obedecer a lo que yo ordeno, para que lo que digo, dicen creer en mí, pero lo que yo digo no lo cumplen, no lo obedecen. 'Ay, no, Señor, no lo pensé, no lo pensé'. Antes de hacer algo, antes de proceder algo, piensa muchas veces. Lo que vas a hacer, piensa muchas veces lo que vas a hacer, si va a agradar a Dios. Siéntate un rato y piensa lo que planeas hacer, si va a agradar a Dios lo que vas a hacer o va en contra de Dios lo que vas a hacer. Ya no andes con esa vida loca, con esa vida perdida que tenías como antes. Ahora piensa en lo que vas a hacer, piensa en lo que vas a decir. No dejes que la lengua se te salga, (salga) las palabras, palabras que no debes hablar por esa boca. Controla tu boca, controla tu lengua, que por eso serás juzgado. Cuando vas a hacer algo, piénsalo, piensa si me va a agradar o vas a hacer en contra del Dios todopoderoso. Piensa lo que vas a hacer, piensa lo que vas a decidir. Reconoce que has fallado, reconoce que has sido desobediente. Pueblos, naciones, reconoce que no quieres oír sobre el juicio, que no quieres, que no quieres oír que este juicio viene, que no quieres creer que este juicio viene”.
Confirmación y experiencia espiritual al escritor
Estas fueron las palabras fieles y verdaderas del Dios todopoderoso, hablando a las naciones, argumentando el porqué del juicio, visiblemente airado y triste, exhortando a las naciones a un arrepentimiento genuino y a volverse a Él de todo corazón para ver su misericordia. Mientras escribo las presentes líneas, me hace sentir su dolor en el corazón y su lloro, mostrando su gran amor por la humanidad, que le duele el castigo, expresándome sus sentimientos por el Espíritu, y el sentir su presencia. También lloro mientras escribo y siento que Él no merece hacerlo sufrir. Le pido perdón por mí y por las naciones, y escucho mi clamor, respondiendo, haciéndome sentir su fuego intenso en el corazón. Prosigo redactando sus palabras.
Palabras para el remanente fiel
Ya luego se dirigió a su pueblo fiel, que lo ama y espera su venida, ya un poco más calmado y cantando. Usando a Elsa Hayden, dijo las siguientes palabras: “No temas, pueblo mío, no temas, no temas, mi iglesia amada. Yo, el Señor, te guardo, te cuido. No temas, no temas, pueblo mío, no temas, no temas, manada pequeña, no temas, no temas, hijo mío, hija mía, no temas. Yo soy tu Rey, tu Dios, el que te guarda, el que te guardará y te ama, tú que eres mi hija obediente, mi hijo obediente. Recibe mi amor, no estoy enojado contigo, no estoy enojado contigo. No te asustes, estoy enojado con los pueblos, las naciones desobedientes. Hijo mío, hija mía, yo estoy contigo, no te pongas triste, no te asustes. Yo te amo. Cuando las cosas terribles vengan a la tierra, no te asustes, no te desesperes. Yo te guardaré, hijo mío, hija mía, no temas ni desmayes porque yo voy contigo. Enojado estoy con las naciones desobedientes, con la gente desobediente que hablo y nunca aprenden, que hablo y nunca obedecen lo que digo. Hijo mío, hija mía, mi amado, mi amada, no te asustes. Esto ha de suceder, esto ha de pasar, ya está todo decidido. En cualquier momento te vas a enterar, se van a enterar que la piedra ya cayó. Las noticias lo dirán, que la piedra ya cayó. Las noticias, la radio lo hablarán, la piedra cayó. Las noticias lo hablarán, entonces entenderás que el Rey de reyes, tu Padre, lo había hablado por mucho tiempo. Lo había dicho a uno y a otro, a nadie quisieron oír, a nadie quisieron respetar, a nadie quisieron oír. Dijeron que era una mentira, que eso no iba a suceder. Dijeron que Dios es misericordioso, que eso no iba a pasar, que nunca iba a pasar. Hijo mío, hija mía, te vas a enterar muy pronto. Vas a oír toda la desgracia, que el mar está revuelto, que el mar está entrando en las naciones. No te asustes, yo estoy contigo. Cansado estoy, hastiado estoy. Este juicio, este juicio se ha de cumplir. Hastiado estoy de oír a uno y otro que dice: la gente habla, el Señor es misericordioso, esto nunca va a pasar. Así dice la gente, pero esto se va a cumplir, esto se va a cumplir. No tengas miedo, esto va a suceder, esto va a suceder. Nada sucede, nada pasa. La gente no está (arrepintiéndose), multitud de ciudades, naciones, pueblos, naciones no se declaran en ayuno y oración, no se arrepienten de sus pecados. Esto vas a oír, tú oirás en las noticias. Tú que estás lejos, en las naciones lejanas, oirás que el agua viene, que el mar se está saliendo. No desmayes, yo tendré cuidado de ti, yo te cuidaré. Nada te faltará, pueblo mío, no te asustes de lo que oirás. Tu corazón no desmaye, pueblo mío. Lo que había hablado viene, se ha de cumplir. A nadie creen, ya a nadie creen, a nadie quieren oír. No lo puedo detener, se tiene que cumplir. Cansado estoy de ver y oír que la gente no quiere arrepentirse, que la gente no cree en el juicio que viene. Cansado estoy, pueblo mío, te vas a enterar que la piedra cayó. Tranquilo, tranquila, clama a mí, clama a mí. No desmayes, yo estoy contigo, pueblo amado, pueblo obediente. Yo estoy con mi pueblo, mi pueblo es obediente, mi pueblo es conocedor de la palabra y también hacedor de la palabra. No temas ni desmayes, manada pequeña, sé obediente, no te alejes de mí. Espera en mí, todo lo que yo he hablado se ha de cumplir. Todo lo que yo he hablado se ha de cumplir. Muy pronto oirás en las noticias, no te desesperes, no te desesperes. Sigue adelante, sigue adelante, yo te llevo de mi mano, manada pequeña, pueblo mío obediente, yo te llevo de mi mano, yo te llevo de mi mano, yo te llevo de mi mano.”
a Jonás 3:4, b 2 Pedro 2:5, c Mateo 24:14
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